miércoles, 14 de septiembre de 2016

Comida

Tengo que empezar por decir que sufro de colon irritable. Así que, aunque me gustan todo tipo de comidas, hay muchas que no puedo tomar. De pequeña en casa comíamos mucha verdura y a mí un plato de coliflor o acelgas me encanta, pero no puedo comerlo. Tampoco legumbres o comidas muy especiadas. En general, comer fuera de casa me suele sentar un poco mal y es una faena. En casa preparo cosas muy sencillas, hervidos o a la plancha y poca variedad. Mis hijos se quejan bastante. Me gustan mucho los huevos fritos, el pollo asado y los filetes empanados pero yo no los pongo. Si como fuera elijo esas comidas.

Pero lo que realmente me vuelve loca, y explica los cincos kilos que me sobran, son los dulces. Da igual lo que sea o cómo sea, si tiene azúcar o miel me gusta. Puedo estar empachada de la comida anterior, que el postre siempre me cabe. Y las meriendas me son imprescindibles. Por no hablar del desayuno, que para mí es la comida principal del día o por lo menos la mejor. Si puedo comer tostadas con mermelada ya tengo un día completo.  Ya sé que no llevo una alimentación equlibrada pero en mi caso tengo excusa. ¿Para qué preparar otras cosas si me van a sentar mal? Lo malo es por mi familia que sale perjudicada.


4 comentarios:

  1. Es cierto Susana, debe ser un problema para la familia....a menos que hicieras dos menús!!!

    un beso

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  2. Tú tienes que comer lo que puedes comer. Ellos también se pueden hacer algo para ellos, ¿no? Besotes!!!

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