sábado, 30 de enero de 2016

Brandcrumb

Estoy apuntada a un programa de editores que se supone que me da ingresos por publicidad, aunque todavía no he conseguido nada. En este texto deberían aparecer enlaces a los productos que promociono, pero yo en mi blog no los he visto todavía. Según veo las campañas voy a hablar de mis dos últimos coches. Primero me compré un Renault Espace cuando nació mi hija pequeña. Es un coche comodísimo, pero más bien una furgoneta a la hora de aparcar. Por dentro es como el salón de tu casa y el maletero es un trastero. Ideal para familias grandes. Con un motor muy potente, nosotros llevábamos una caravana detrás.

Después compramos un Opel Zafira, que es un coche que me gusta mucho. Los asientos son muy cómodos, el maletero amplio. No es demasiado grande a la hora de aparcar y el motor no es tan potente. Tiene siete asientos, aunque los de atrás son un poco estrechos. Es recomendable para una familia grande que no suelen viajar todos juntos, como es nuestro caso. Nos salió bien de precio y, aunque ahora los coches alemanes están de baja, no nos ha dado casi problemas. Para participar en la campaña es necesario tocar en los enlaces, lo cual no compromete a nada.

viernes, 29 de enero de 2016

Cincuenta

Cumplo cincuenta años lo que quiere decir que llevo ya medio siglo pululando por el mundo. De mis veinte primeros años apenas me acuerdo ni falta que hace porque no hay nada reseñable, salvo los cientos del libros que leía. Los veinte siguientes fueron en casa de crianza con tres hijos. Y cuando llego a los últimos diez, con las enfermedades de mis padres, no se me ocurre otra cosa que deprimirme; justo cuando tenía la vida menos complicada. Ahora llego a los cincuenta ya huérfana. Mis hijos son ya mayores de edad y tenemos una casa nueva para disfrutar en el pueblo. Supongo que no tengo un mal balance al fin de cuentas.

Ahora dicen que los cincuenta son los nuevos cuarenta, al menos si no tienes dolencias importantes. Quiero pensar que es cierto a ver si todavía consigo disfrutar la vida antes de ser oficialmente una anciana de la tercera edad. Ahora lo que realmente me importa es que mis hijos encaucen su vida, que acaben sus estudios, encuentren trabajo y, sobretodo, que tengan un buen compañero de viaje. Porque después de medio siglo he podido comprobar que, al final, lo que importa es la compañía, más que las vicisitudes por las que pases. Una buena pareja es lo fundamental a la hora de intentar ser  lo más feliz posible en esta vida.

jueves, 28 de enero de 2016

Mi blog contra el aborto

Sólo recordaros que tengo otro blog monotemático contra el aborto. Me acabo de dar cuenta de que en este blog no había puesto el anuncio del otro; así que lo he añadido en el lateral. Besos.

miércoles, 27 de enero de 2016

El colesterol

Si hay algo que soporte menos que los anuncios de puntos de Matías Prats, son los anuncios anti colesterol de Carlos Sobera. Me parecen terriblemente paternalistas. No sé los demás, pero a mí no se me ocurre preguntarle a los demás por su ácido úrico. Cada vez que los veo me dan unas ganas irresistibles de comerme un chorizo. Y es que la realidad es muy tozuda. Los pueblos de España están llenos de ancianos longevos que se han alimentado toda la vida de embutidos de la matanza, y allí siguen, más frescos que una lechuga. Así que algún secreto más habrá que el famoso colesterol para garantizar una larga vida.

Mis padres y mi suegra por ejemplo no han perdonado la cervecita diaria hasta que se la prohibieron. A ver si va a ser eso lo que cura, o el whisky que también se tomaban. A mí los remedios milagrosos me hacen desconfiar y pienso que detrás sólo hay negocio. Tal vez el danacol funciona, no lo voy a negar pero no pueden vendernos que es el secreto de la salud y la felicidad. De algo se tiene uno que morir y, si no es del colesterol será del hígado, los riñones o, más probablemente, de un cáncer. Me parece irresponsable poner toda la atención en un sólo producto como si hiciera milagros, y sobretodo me molesta que nos traten como a niños pequeños.

martes, 26 de enero de 2016

Última visita

Los muebles de casa de mis padres ya no están, en su mayor parte. Tampoco los electrodomésticos ni la ropa. Hoy he hecho una última visita para rescatar una planta que había quedado apartada. Ya no tengo excusas para volver. Mañana vienen los traperos que se llevarán lo que quede. El día uno la casa pasa a sus nuevos dueños. He llorado otra vez al despedirme. Ya sé que sólo es un lugar pero es el nido de mis recuerdos de la infancia y de los últimos años de vida de mis padres. Ahora que soy huérfana hace muchos años que tengo ya otro nido y otros recuerdos, pero esa casa siempre formará parte de mi historia familiar.

Me gustaría aferrarme a ella aunque fuera vacía y pensar que el tiempo no ha pasado, pero es inútil e insano y no me lo puedo permitir. Así que una vez más le he dicho adiós al que fue mi hogar veinte años y, pensando en mis padres, he hecho propósito de seguir adelante como ellos lo hubieran hecho. Una planta más, unos platos de pared y unas colchas han sido mis últimos recuerdos. Ahora tengo que aprender a vivir sin tantos objetos a los que agarrarme. Sabía que llegaría este momento y lo temía. Al final no está resultando tan duro como lo esperaba. Creo que mis padres desde el cielo me están echando una mano.

lunes, 25 de enero de 2016

Tener hijos a los cuarenta

Hablo de empezar a tener hijos, no naturalmente de quien ya ha tenido varios antes. Me parece una barbaridad. En primer lugar a nivel biológico, la mujer ya no está en buenas condiciones para llevar un embarazo y un parto.  En segundo lugar, los óvulos y espermatozoides tampoco suelen ser de buena calidad. En tercer lugar, no me parece justo para los niños tener unos padres sin energía ya suficiente para seguirles el ritmo. El otro día vi una pareja con una niña preciosa de pocos meses y estaban tan cansados que es que ni la sonreían. Daban ganas de cogérsela un rato para jugar con ella y disfrutar de la maternidad.

Muchos padres que van por la calle con sus hijos, uno tiene la duda de si son los padres o los abuelos y todos llevan esa cara de circunstancias. En otros países, la maternidad no es motivo para tener que postergar los estudios o el trabajo. Tienen hijos jóvenes gracias a la reducción de jornada y las excedencias. De ese modo aseguran un relevo generacional que aquí está muy comprometido. Pero también mantienen el equilibrio natural de la sociedad que favorece la existencia de padres jóvenes y abuelos en buenas condiciones de vida, en lugar de la población envejecida y dependiente que tenemos actualmente en España.


sábado, 23 de enero de 2016

No lo entiendo

A esta fecha espero que ya se sepa algo del futuro gobierno de España. Las elecciones las ganó el PP en minoría, en buena parte por culpa de la ley electoral. El gobierno del partido popular no sería posible sin la abstención del psoe, cosa que no se va a producir. Dentro del psoe hay divisiones importantes pero parece ser que la palabra del líder va a misa, cosa que no me parece bien. Está empeñado en revivir un gobierno de frente popular a cualquier costa, en este caso a costa del futuro económico y social de España. Parece mentira lo que puede el revanchismo setenta y cinco años después de la guerra civil.

La crisis no la provocó el PP. Se la encontró y la gestionó lo mejor posible a base de hacer recortes en todos los sectores, porque simplemente no había dinero ni de dónde sacarlo. No entiendo que personas semejantes a mí se crean el cuento populista de que Rajoy sólo quiere acabar con las garantías sociales. Es evidente que la política económica popular funciona y muy bien. Se han creado un millón de puestos de trabajo. Ante los hechos, no me explico que haya gente dispuesta a tirarlo todo por la borda en un experimento que ya ha demostrado su fracaso en múltiples ocasiones y en muchos lugares del mundo.


viernes, 22 de enero de 2016

Animalillos

Me gustan toda clase de bichos. Ya desde pequeña jugaba con los escarabajos. Ahora soy incapaz de matar a ninguno. Me gustan también los reptiles, las serpientes, los pájaros. Los roedores, conejos, ovejas, vacas. Los animales salvajes aunque sea de lejos. No hay animal que yo considere feo. A todos les veo un encanto. Algunos me los llevaría a casa, si no hubiera comprobado ya lo complicado que es cuidar una mascota. Tuve un perro dieciséis años. Ahora tengo un gato de cuatro. Mi felino es sin duda el rey de la casa. Hay una diferencia esencial: a los perros les quieres y ellos te adoran. Los gatos te quieren pero les adoras tú, literalmente.

Mi naturaleza animalista me exige ser vegetariana pero me temo que ya es tarde para mí, sobretodo porque las verduras me hacen daño y me moriría de hambre. Sin embargo yo sería feliz si inventaran la carne sintética. Los animalillos del campo me producen una ternura tremenda, especialmente los cachorros. Por eso no como ternera, ni cordero ni cochinillo. Aparte de todo me parece un desperdicio de carne de un animal que puede crecer mucho más todavía. No me explico cómo alguien puede coger un bebé cordero y matarlo. Afortunadamente no soy musulmana o tendría que hacerlo yo misma. No puedo negar que está buenísimo, pero es terrible.

jueves, 21 de enero de 2016

Gracias

No puedo dejar de agradecer estos días vuestras palabras de aliento que me han animado mucho a la hora de seguir vaciando la casa y de volver a clase. Ayer mismo me repetía en clase de francés: mi madre no hubiera querido que lo dejara. Y me ha llegado al corazón que dijerais que la muerte de mi madre os había dejado un vacío. Es bonito recibir ese sentimiento de conmiseración y empatía. Sólo por esa razón creo que me debo y os debo seguir adelante. Mi familia me apoya mucho también y no se merecen que vaya penando por las esquinas. Mi madre siempre fue una mujer fuerte y cariñosa y quiero seguir su ejemplo.

miércoles, 20 de enero de 2016

DIEZ AÑOS

Después de casi diez años escribiendo en blogs, me ha pasado ya de todo. Épocas muy tranquilas y muy turbulentas. Gente asidua que ha desaparecido sin más. Alguno que se ha molestado por algo que he escrito sin la menor intención. Y es que el lenguaje escrito tiene una fuerza que nunca podrá tener el oral. Las cosas se magnifican al aparecer en una página. Yo, que no soy la reina de las relaciones públicas, a menudo he metido la pata al enseñar mi blog, y otras al desvirtualizarme. así que ahora no hago ni una cosa ni la otra. Procuro llevar dos vidas separadas. A veces me resulta un poco incómodo, pero qué le vamos a hacer.

Y me parece mentira pensar que haya pasado una década desde que sustituí mi viejo cuaderno de confidencias por internet.Tantos apuntes de una vida que. si alguien tuviera interés, podría reconstruir hasta los vericuetos más recónditos de mi alma.Afortunadamente no creo que a nadie le interese; así que supongo que acabará como esos cajones de papeles viejos que aparecen siempre cuando vacías una casa, y te da pena tirar pero no queda otro remedio. Diez años de pensamientos mas o menos inspirados. y mucha gente fantasma con la que me he relacionado pero que nunca conoceré. Éste es el balance que me queda de una década.


martes, 19 de enero de 2016

Normalidad

Después de la crisis por el fallecimiento de mi madre, toca volver a la normalidad. Para mí eso supone ir a clase de chicún y de francés, y me está costando un mundo. No sé si tengo que cambiarme la medicación, pero no tengo ganas de nada más que quedarme en casa a ser posible en la cama. Supongo que es la reacción natural a la situación que he vivido. Sin embargo, no sé cómo hacer para ponerme otra vez las pilas.

Sé que las clases me gustan y me convienen, ambas. Salgo contenta porque lo paso bien. Pero resistir la tentación de saltármelas es realmente complicado. De francés ya no puedo faltar a más porque me llevan la cuenta, pero de la gimnasia puedo ir cuando quiera. La profesora es un sol y no dice nada. Pero no debo aprovechar la ocasión. Sé que hacer ejercicio y entretenerme es justo lo que me hace falta, aunque no me lo parezca.

lunes, 18 de enero de 2016

Sin luz


Llevábamos muchas horas sin luz en casa, algo que hacía años que no me pasaba. Vivir sin electricidad te hace darte cuenta de lo imprescindible que se nos ha hecho. Aparte de los móviles y demás. Está la nevera . la reina de los electrodomésticos, que por suerte estaba casi vacía. Luego la televisión, el microondas y. si la cosa se alarga, no olvidar la lavadora y el lavaplatos – inventos más recientes pero igual de bienvenidos a nuestras vidas.

Esta situación me recuerda el gran mérito que tenían nuestros abuelos, acostumbrados a arreglarse con lo que había, a calentarse con fuego, bañarse con palancanas o lavar en el río. No hace tanto tiempo de eso. Y nosotros que ya no sabemos qué hacer sin luz unas horas. teniendo que salir por las escaleras, sin coche porque no se abren las puertas del garaje… En fin, que siempre se puede aprender algo de la adversidad.

viernes, 15 de enero de 2016

Sobre la Fe

Hay quien piensa que yo soy del Opus. No lo soy. No porque tenga nada en contra sino porque no alcanzo ese nivel de implicación y compromiso ni de lejos. Yo voy más a mi aire. Asisto a misa los domingos y algún día entre semana porque me hace sentir bien. Sigo las enseñanzas de la Iglesia aunque este Papa no me gusta. Pero no participo en la vida de parroquia ni me implico en ninguna actividad más. Mis hijos sí lo hacían pero ahora ya no tienen tiempo ni ganas. Sin embargo, mi Fe sigue inamovible porque pienso que una cosa es independiente de otra, o debería serlo. Lo que siente cada uno y lo que hace de cara a los demás.

La Fe no se puede explicar, es un sentimiento. Sin embargo, dicen que basta con desear tenerla para que lo consigas. Durante muchos años puede estar latente sin que le prestes atención y de pronto resurge con toda su fuerza. Pero quien no tiene cultura religiosa difícilmente va a añorar algo que no conoce. Por eso me parece una lástima que algunas familias renuncien a esta clase de conocimiento. La Fe se tiene que conocer cuando eres niño y todavía estás abierto a lo inesperado. Con los años uno se vuelve reacio a toda novedad y excéptico por naturaleza. Por eso considero fundamental la enseñanza de la religión en la escuela.



miércoles, 13 de enero de 2016

Vaciando la casa

Hoy he ido otra vez a la antigua casa de mis padres que ya tiene nuevos dueños. Cada vez que entro salgo con mil cosillas innecesarias que me da lástima dejar allí. Ya quedan pocas cosas. Me he llevado algunos muebles y algunas fotografías. Mis hijas cogieron unos libros y unos cojines. Mi marido un escaner y algo de música. También he rescatado un par de plantas. Yo me llevaría todo con tal de no tirar nada porque me parece una falta de respeto a mi familia. Ya sé que sólo son cosas y es una tontería pero no puedo evitar sentirlo así. Me duele pensar que me quedaré con las llaves pero ya nunca más podré entrar a esa vivienda.

Otros andarán por allí. Harán obras, meterán muebles y estará irreconocible. Otras personas la habitarán y harán suyos los rincones y las vistas. Sus recuerdos convivirán con los nuestros en el mismo espacio pero nada volverá a ser igual. Tengo la suerte o la desgracia de no recordar apenas sobre mis primeros años de vida. Ahora aquello que me lo recordaba ya no nos pertenece. Pero la vida sigue. Intento llevarme la mayor cantidad de cosas posibles que puedo atesorar pero ya se me está acabando el espacio. Tengo que resignarme a la idea de que es imposible conservar el pasado, pero me está costando.


lunes, 11 de enero de 2016

El paso del tiempo

Ayer caí en la cuenta de que hace veinte años que compré mi casa y llevo ese tiempo aparcando en mi plaza de garaje. Y a mí me parecía que no eran más de diez años. La percepción que se tiene del paso del tiempo es muy engañosa. Hay cosas que parece que pasaron anteayer aunque haga una década o dos. Ahora estoy deshaciendo la casa de mis padres y resulta duro andar hurgando en cosas ajenas y sacar recuerdos tan lejanos y no saber qué hacer con ellos. Para mí las cosas tienen un residuo del alma de las personas a las que pertenecieron y me da verdadera pena tener que tirarlas cuando ya no les encuentro ningún uso.

Supongo que es un sentimentalismo un poco absurdo, más teniendo en cuenta lo que mis padres siempre decían: que después de la muerte no queda nada importante en el mundo; lo fundamental se ha ido al cielo. Por eso querían que los incineraran y nunca visitaban los cementerios. Pero yo no puedo evitar encariñarme también con las cosas que me traen recuerdos, a pesar de que mi infancia no fuera precisamente la mejor etapa de mi vida. Llevo veintisiete años casada. Mi hijo mayor ya cumple veinticuatro. Yo cumpliré cincuenta dentro de poco. El tiempo parece que pasa muy lento y cuando vas a darte cuenta ya hace mucho que se ha ido.

sábado, 9 de enero de 2016

Regalo puntos del carnet de conducir



Tengo mis quince puntos y ya no los quiero, con tal de que Matías Prats deje de insistirme en que llame a Linea Directa. No te permito que me insistas más. Estoy hasta el moño. Ya le he cogido manía al personaje, a la compañía y hasta al carnet. Así que quien quiera puntos no tiene más que decírmelo o no me quedará otra opción que dedicarme a saltar semáforos delante de la policía, y es un poco peligroso. Estoy dispuesta a todo con tal de no formar ya parte del selecto club de los buenos conductores que conservamos todos los puntos; en mi caso porque no salgo de mi barrio.

Como vuelva a oír el famoso anuncio creo que voy a coger el carnet y lo voy a tirar por la ventana, o mejor por el wáter, no sea que algún alma caritativa me lo devuelva. Prefiero no conducir a tener que seguir soportando esa mandanga. Señor Prats, tenga piedad. Ya sé que tengo los quince puntos y no me importa lo más mínimo. No pienso cambiar de compañía aunque sólo sea para no darle el gusto a Vd. Quiero pagar más y tener menos cobertura pero que me dejen escuchar música en paz.  Si no lo deja ya voy a tener que acudir al Defensor del Pueblo a ver si me libra de esta tortura.

viernes, 8 de enero de 2016

Anuncios de colonia


Si hay algo que no entiendo de la publicidad son esa clase de anuncios. Será porque yo no utilizo colonias y tengo un cajón lleno donde guardo las colonias que me han ido regalando a lo largo del tiempo y no sé qué hacer con ellas. Me pregunto si la gente utiliza realmente tanta colonia o si todo es una gigantesca bola de miles de personas comprando perfume porque piensan que es un buen regalo, y otros miles almacenando esos botes. O tal vez incluso son las mismas personas. Todo porque la publicidad ha conseguido convencernos de que regalar colonia es una buena idea y recibirla cumplirá con nuestros más ocultos deseos.

Esta publicidad es lo más sexista que se pueda imaginar pero no he oído a nadie quejarse. Hombres musculosos y mujeres sensuales te prometen un mundo de placer a tu alcance por el precio de un bote de colonia. Yo creo que el poder sensual del olor está muy sobrevalorado, afortunadamente, porque si no seríamos todos como animalillos persiguiéndonos unos a otros por la calle. Sin embargo, sabiendo que es un invento, seguimos comprándolas porque nos solucionan fácilmente un compromiso. Es decir, que las colonias son las reinas del merchandising capitalista, y los que reniegan del sistema son los primeros que las compran.



jueves, 7 de enero de 2016

El sentido del rídiculo

Como decía Jesus, los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz. Así que, cuando quieren devaluar algo, no se limitan a atacarlo directamente sino que lo ridiculizan. De ese modo, siempre pueden apelar al sentido del humor y decir que era broma. Pero es que hay cosas con las que no se puede bromear sin ofender seriamente a alguien. Los del Charlie Hebdo, que parece que no tuvieron suficiente muestran ahora un Dios con ametralladora, como si no estuviera claro que las enseñanzas cristianas incitan a la no violencia. Quien a hierro mata a hierro muere. Con eso no sólo ofenden a musulmanes sino a judíos y cristianos.

La alcaldesa Carmena mientras tanto, obligada a celebrar el día de los Reyes Magos, decide disfrazarlos como si fuera un circo y convertir todo el espectáculo en una pantomima. Hasta tal punto que uno de los personajes llega a revelarles la verdad del secreto a los niños, como quien no quiere la cosa. De este modo le roba toda la magia a un día que debería ser para los niños, convirtiéndolos en títeres de su simbólica venganza contra la tradición conservadora. No importa que se trate de una fiesta con miles de años de antigüedad. Nunca es tarde si la mala baba es buena, diríamos entonces. Otro tanto para ellos.

miércoles, 6 de enero de 2016

Capeando el temporal

Considero que soy una persona muy dulce y cariñosa y así lo piensan los que me conocen superficialmente. Sin embargo, también tengo mi carácter y cuando no estoy de acuerdo siempre lo digo. No soy de seguir la corriente salvo contadas excepciones. Hoy en día parece que si tienes ideas propias eres un proscrito. Por ejemplo, si yo pienso que el aborto es algo horrible, no voy a decir otra cosa por contentar a nadie. Eso me convierte en alguien a esquivar, al margen de la legalidad. No debería ser así. Se supone que en una democracia caben todas las opiniones, también las de la extrema derecha. ¿Por qué no?.

Pero aquí te puedes declarar seguir de Stalin pero no reconocer que has votado a Vox, quien por cierto, en un sistema normal electoral hubiera sacado dos escaños. Aquí puedes declararte seguidor de Buda pero no católico practicante, porque entonces eres un carca de lo peor. ¿Por qué esa doble vara de medir?. Yo lo más que puedo hacer es callarme pero no puedo decir que pienso lo que no pienso, que creo lo que no creo, que estoy de acuerdo con lo que no lo estoy. Algunos no se conforman con menos. No sólo quieren que les des la razón sino que realmente te lo creas y eso ya es mucho pedir.

Feliz día de Reyes


lunes, 4 de enero de 2016

Navidades consumistas

Dicen algunos que no tiene nada de malo celebrar estas fiestas comprando regalos y grandes cantidades de comida. Ni tampoco de bueno, digo yo. Será porque durante mucho tiempo me vi obligada a buscar nada menos que treinta y seis regalos por estas fechas. Dieciséis para mis sobrinos, ocho hermanos, padres, hijos (tres cosas) y nosotros (sólo una cosa). Con esa carga de trabajo es difícil conservar la ilusión. Además el presupuesto era toda la paga extra. Ahora que por fin nos hemos librado de esa obligación me doy cuenta de lo absurdo que era y sigue siendo para muchos este afán consumidor.

Porque el cariño no se compra con regalos y además tampoco daba para comprar nada especial. Porque además todos teníamos demasiados. Todavía tengo los armarios llenos de cosas con las que no sé lo que hacer. Porque más valía que hubiéramos dado ese dinero a la caridad. Sería mucho más navideño. En cuanto a las comidas multitudinarias son una fuente de conflictos permanente. Hay que andar con pies de plomo para no liarla. Luego las digestiones de las comidas son atroces. A mí me gustaban las fiestas de mi infancia, más austeras y sentidas. Ahora espero poder recuperar algo de ese espíritu una temporada.

sábado, 2 de enero de 2016

Soy pretecnológica

A mucha honra. Nací en 1966. Entonces no existían por supuesto móviles ni apenas ordenadores. Los que había eran como armarios. Y vivíamos, salíamos a la calle, teníamos amigos y trabajábamos en el siglo XX como si nada. Ahora parece que no se puede estar sin algo electrónico entre las manos. Me desespera cuando veo a la gente que va por la calle leyendo su aparatito. ¿Es que no pueden esperar a llegar a algún sitio?. Así no me extraña que aumenten los atropellos. El móvil te tiene todo el tiempo comunicado y al día de lo que pasa. Pero yo no quiero estar localizable veinticuatro horas ni enterarme al minuto de la actualidad.

Para eso llego a casa y enciendo el ordenador o la tablet. El resto del día me gusta ocuparme de mi familia, de mis hijos y de mis propios pensamientos. Estar todo el tiempo enganchado te impide pensar y asimilar lo que has leído. La comunicación entre las personas se resiente muchísimo cuando cada uno tiene algo en la mano. Estamos en la misma habitación como si no estuviéramos. Hacemos fotos que ya no miramos, mantenemos conversaciones que olvidamos, leemos noticias que no nos afectan. La electrónica nos está robotizando. Aconsejo a mis lectores que prueben a dejar los aparatos unas horas al día y volver a simplemente vivir.

viernes, 1 de enero de 2016

Convivir con adultos

Si vivir con adolescentes ya es complejo porque siempre creen tener la razón, al menos ellos de vez en cuando recapacitan. Cuando vives con adultos que ya tienen formados criterios propios esa posibilidad desaparece. Nosotros somos cinco adultos en una casa, y un gato. Admiro a los nórdicos, que no tienen ese problema porque en cuanto los hijos crecen se van de casa. También en EE.UU. España debe ser el único lugar occidental donde se quedan. Por una parte es agradable, pero por otra trae multitud de problemas. Tantos que yo a veces salgo de casa sólo para quitarme de en medio de mis hijos mayores, que me traen loca.

Cinco adultos decidiendo qué se hace y cómo se hace en una casa es demasiado. Pero, en fin, es lo que hay. Por eso cuando nos vamos al pueblo estamos tan tranquilos. Cuando no es uno que no le gusta la comida, es otro que no encuentra los calcetines u otro que quiere quitar la televisión. Total que no hay manera de tenerlos contentos. Luego va el carácter de cada cual. El mayor se suele quedar en su cuarto y le molestan las discusiones, la mediana adora discutir por todo, y la tercera es más tranquila pero también se queja mucho. Supongo que cuando no estén los echaré de menos, pero ahora hay días en que los echo de más...