miércoles, 14 de octubre de 2015

Harta del feminismo

Tal vez debería decir del hembrismo. Porque el feminismo que busca igualar los derechos de las mujeres en el resto del mundo me parece muy bien. Pero el hembrismo lo que quiere es colocar a la mujer por encima con o sin merecimientos. De ahí la discriminación positiva y otras injusticias. Ya he explicado otras veces que, si las mujeres en la historia no han ocupado lugares relevantes en general, no ha sido porque no les dejaran, sino porque teniendo que criar diez hijos resulta difícil encontrar tiempo para otra cosa. Los anticonceptivos han supuesto la verdadera liberación de la mujer y no tanta palabrería.

Y si ahora hay pocas mujeres en puestos directivos no es porque no les dejen, sino porque prefieren dedicar menos tiempo al trabajo y más a su casa y su familia. Cosa que es muy sana y no tiene nada de malo. Las directivas de éxito saben bien que el precio que tienen que pagar consiste en no conciliar en absoluto y por eso muchas no se casan o no tienen hijos. Si muchos hombres eligen el éxito laboral antes que la dedicación a la familia es porque la competividad es algo ligado a la testosterona y, por muchos que se empeñen algunas, hombres y mujeres no somos ni seremos nunca iguales, afortunadamente.

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