miércoles, 30 de septiembre de 2015

Más sola que la una

Es una expresión que no añadí en mi blog anterior. Así me siento yo cada vez que me toca defender mis principios irrenunciables a favor de la familia y la vida. Son muchos años ya y me temo que al principio encontraba más comprensión y con el tiempo cada vez está más asumido por la sociedad todo lo contrario a lo que yo predico, incluso por la derecha. Esto hace que me plantee si vale la pena esta lucha en solitario, pero la verdad es que el respeto con el que algunos disienten me anima a seguir porque pienso que al menos no pierdo el tiempo y me relaciono con gente; ya que en mi vida privada también estoy bastante sola.

Dejando aparte la familia, mis amistades se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran dedos, aparte de no ser muy profundas. Pero como dice Juan Manuel de Prada (con quien disiento en algún tema), quien se presta a ir a contracorriente tiene que estar dispuesto a pagar el precio de ser un proscrito. Y yo acepté las condiciones desde el primer blog que tuve en el cual tuve que defender a las víctimas del terrorismo, hasta hoy que sigo, erre que erre, afirmando que la homosexualidad es una patología y el aborto, un crimen. Ya sé que nunca voy a ser la más popular de este mundillo, pero me conformo con mantenerme en la brecha.

2 comentarios:

  1. Cada cual es libre de opinar lo que le parezca. No por caer mejor o facilitarte la vida vas a renunciar a tus ideas. Un beso.

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