miércoles, 9 de septiembre de 2015

Depresión 1, Susana 0

He intentado una vez más dejar el antidepresivo y lo más que he conseguido es bajar a dos por semana hasta finales de agosto. Luego he tenido que volver a la dosis diaria. No es que las cosas estén peor que antes, más bien al contrario. Es que necesito esa química en mi cerebro. Si no las tomo llega el momento en que empiezo a verlo todo negro. No es algo gradual. Es de repente, que ya no tengo ganas de nada más que de irme a la cama, que no disfruto de la comida, ni del paseo ni de la música. Es una sensación terrible. Además, se acompaña con la ansiedad, la impresión de que debería estar haciendo algo que he olvidado.

Así que me rindo, una vez más, me tomo las pastillas y listo. No puedo permitir que esto me robe la posibilidad de disfrutar de mi vida. Afortunadamente, existe la farmacia y me soluciona el problema. No puedo pedir más. Me han contado de gente que lleva ya décadas tomando antidepresivos porque no pueden dejarlos y supongo que será mi caso. Si al menos consiguiera librarme de los dolores de cabeza definitivamente, entonces no me sentiría tanto como una yonki dependiente de los medicamentos. Bueno, como siempre digo, lo importante es no tener nada grave. Lo demás se va sobrellevando. Qué remedio.

5 comentarios:

  1. Pues oye, si te ayudan, no tiene nada de malo. Un beso y ánimo!!

    ResponderEliminar
  2. Hola: haces muy bien en volver a tomar las pastillas porque si ya sabes que es lo que te permite disfrutar de las pequeñas cosas de tu vida y tener ilusión no vas a renunciar a ello. Lo del dolor de cabeza es un mal que comparto contigo y sólo se me cura con medicación... seguimos en contacto

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar