La segunda vez que fui a París con mis hijos nos alojamos en un hotel barato del barrio de Montmartre, esto es en el centro, cerca del Moulin Rouge y el Sacre Coeur. Me llamó mucho la atención que aquel barrio tan parisino realmente parecía el zoco de Tánger, en el que también he estado. No se veían por allí más que musulmanes y africanos. El conserje del hotel también era magrebí y recuerdo que era muy servicial con mi marido pero a mí me trataba con cierto desapego, a pesar de que iba con mis hijos.
A las siete de la mañana nos despertaba la llamada a rezar de las mezquitas, como si estuviéramos en Marruecos y casi todos los huéspedes del hotel se levantaban. Es decir, que eran practicantes. Los carteles de las tiendas estaban en árabe y las mercancias también eran musulmanas. Recuerdo que me impactó todo aquello pero pensé que, si lo tenían dominado, mejor para ellos. Ahora me dice mi profesor de francés que en Francia no existe la integración, que viven segregados por barrios. No entiendo cómo no se dieron cuenta del problema que tenían hasta que fue demasiado tarde. Lástima de oportunidad perdida.
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sábado, 21 de noviembre de 2015
Mis recuerdos de París
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¿Pero cuál hubiese sido la solución? Es un tema muy complejo... Besos.
ResponderEliminarTal vez mezclar mas la población. Un beso.
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