sábado, 14 de noviembre de 2015

La relatividad de la muerte

Esta semana con los atentados de París he vuelto a pensar que no vale lo mismo una vida en un lugar o en otro o en un momento determinado. Es terrible lo que han hecho los extremistas islámicos en Francia, pero también es cierto que ha habido atentados peores en Nigera o Sudán y no nos han importado tanto, porque están más lejos o tal vez porque no son de nuestra etnia. Resulta muy duro pensar que los muertos son personas en cualquier lugar con sus familias, sus amigos y sus vidas. También aquí en España hemos olvidado a las casi mil víctimas de eta, tal vez porque no murieron todos a la vez sino poco a poco.

Terrorismo es terrorismo y atentado es atentado. A mí me duelen igual. No me parece justo que Europa se rasga las vestiduras ahora como si esto no fuera el pan nuestro de cada día en muchos lugares del mundo. Tampoco que los de siempre le echen la culpa a EE.UU. El que quiere matar no necesita motivos ni atiende a razonamientos. Es cierto que la situación en buena parte del mundo ha empeorado debido a la primavera árabe y lo que algunos malinterpretaron como democracia, que resultó ser islamismo radical. Yo tengo que decir que ya lo veía venir, aunque esté feo presumir en estas circunstancias, pero ya no tiene remedio.

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