lunes, 31 de agosto de 2015

El timo de la liberación de la mujer

Esta mañana estuve viendo un programa sobre los objetivos del milenio e insistían mucho en que algunos países desarrollados no los cumplían, como la paridad de sexos. Habiendo todavía hambre en el mundo no me explico que se preocupen tanto por el número de diputadas. No hay quien les meta en la cabeza que, si existen menos mujeres directivos en las empresas, es simplemente porque hay menos mujeres en las carreras de tecnología y ciencias en general. Y eso no es por discriminación sino porque simplemente no les apetece. Igual que algunas preferimos quedarnos en casa y ganar menos dinero, pero tener más tiempo para la familia.

La liberación de la mujer ha supuesto para muchas ocho horas de trabajo en una fábrica para volver a casa y tener que hacer las labores del hogar, o la mitad de ellas, o pagar a alguien un sueldo para que las haga. A mí que no me liberen, por favor. Por otra parte las mujeres que tienen buenos puestos de trabajo tienen que renunciar a pasar tiempo con sus hijos y eso les hace sentir mal. Pero volviendo a los objetivos del milenio, es llamativo ver que los países más pobres son los comunistas y la India.  Tal vez habría que poner más interés en acabar con la dictadura del proletariado y menos en medidas populares para la galería. Además también va siendo hora de que se den cuenta de que la protección del medioambiente a menudo es incompatible con el desarrollo.

5 comentarios:

  1. Hola: te aplaudo. Acabas de reflejar mis opiniones en esos tres temas que me crispan. No hay mujeres en puestos de directivas porque no se puede llegar a la cima si se quiere tener una familia, Por mucho que durante los 9 meses de embarazo quieran seguir con el mismo ritmo es imposible y en esas ausencias siempre aparece otro trabajador que cubre el puesto. Además es una patraña porque la liberación de la mujer no existe porque ahora hay que trabajar fuera de casa, regresar a casa y trabajar más, educar a los hijos... así luego tienen hijos mal educados por cuidadoras que no conviven nunca con sus padres. Es el fracaso absoluto del movimiento feminista.... Lo del medio ambiente es otra falacia... es lo que faltaba destinar presupuestos en cuidar la atmósfera, los árboles, el clima... por favor... lo importante es apostar por el bienestar y desarrollo. Seguimos en contacto y ya leí hoy que clausuras tu otro blog... por aquí me tendrás.

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    1. Hay que elegir entre trabajo y familia. Me alegro de que estés de acuerdo conmigo. Si un país no contamina no puede salir adelante. Un beso.

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    2. Ya sabemos que pensamos diferente en esto. El punto importante que podría comentar es: sí hace falta trabajar por crear condiciones para que las mujeres puedan trabajar fuera de casa cuando quieren hacerlo; por ejemplo, con horarios flexibles y con una legislación laboral que tome en cuenta el proceso de crianza. Te dejo este vínculo sobre la situación en Noruega: mehttp://www.guiainfantil.com/blog/896/la-maternidad-en-noruega-logra-un-sobresaliente.html Se podrá decir que esto solo puede pasar en países ricos, pero cuando hay voluntad de respetar, apoyar y hacer justicia, se crean las posibilidades para el cambio. ¡Claro que no es ninguna liberación hacer ocho horas de trabajo para llegar a ocuparse de la casa, la pareja y los hijos! Pero sí es liberación poder realizarte en el trabajo de tus sueños, compartir las tareas domésticas, la crianza y educación de los hijos, y ocuparte de un otro que también se ocupa de ti. A las que no pueden tener el "trabajo de sus sueños", tal vez les convenga mucho más estar en casa; pero hay muchas arquitectas, médicos, ingenieras, profesoras, etc., que aman lo que hacen y en ello encuentran parte de su felicidad.

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  2. En los paises nordicos muchas mujeres trabajan media jornada. Aqui esta mal visto. Un beso.

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  3. Incluso las que trabajan ocho horas salen hacia las cuatro de la tarde, y luego no suelen perder una hora en volver a casa porque viven más cerca. Aquí la mayoría de los padres no vuelven antes de las siete. Así es muy difícil hacer compatible el trabajo con la familia.

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