jueves, 20 de agosto de 2015

Dos anuncios sobre la pobreza infantil

He visto casi seguidos dos espacios de publicidad en televisión que marcan un gran contraste. El primero trata de forma muy sentimental la tristeza de un iño que no puede ir de vacaciones. Con la ropa rota y sucia, por cierto, cosa que en España no se da gracias a las donaciones de ropa. En el segundo, un bebé desnutrido lucha entre la vida y la muerte en algún país africano. ¿No vemos la contradicción?. Muchas veces he comentado en twitter que la pobreza en España no es para tanto y me han dicho que era una insensible, pero, caramba, ¿no sé cambiaría el segundo niño por el primero sin dudarlo un momento?

Es que la pobreza también es relativa y aquí no se muere nadie de hambre desde la posguerra. Otra cosa es que no coman carne cada semana, pero hay muchos países donde la carne es un bien escaso, que apenas se prueba más que en las fiestas. También hay millones de vegetarianos y no sufren hambre. Por favor, seamos serios. Es como cuando Carmena dijo que había veinticinco mil niños mal alimentados en España y a los comedores escolares sólo han acudido quinientos. Porque además, lo lógico es llevar alimentos a toda la familia, no sólo a los menores. A ver si aprendemos a no mezclar la preocupación real con el sentimentalismo demagógico.

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