viernes, 1 de abril de 2016

Vientres de alquiler

Supone para empezar que una mujer pobre del tercer mundo está arriesgando su salud por traer al mundo al hijo de otros. Esto lo hacen por dinero, pasando todas las molestias del embarazo y los dolores del parto y teniendo que vencer el sentimiento de apego hacia el bebé que están gestando. Ya de por sí, sólo por eso no debe ser fomentado. Mujeres pobres utilizadas como ganado de crianza. Pero además, ese hijo habitualmente no acaba viviendo con sus padres biológicos, sino que es fruto de una donación de óvulos o esperma, de manera que nunca podrá conocer sus orígenes y pasará por el trauma de saber que es adoptado.

Otro motivo más para no deber fomentar esta clase de transacciones económicas que es de lo que se trata. Convertir a los hijos en un negocio más, en moneda de cambio. Para que luego, como sucede a menudo, esas personas se arrepientan y no quieran al niño, especialmente si trae algún defecto congénito o si resulta ser minusválido. En cuyo caso la madre de alquiler se ve ante la situación de tener que sacar adelante sola a un hijo que no es nada suyo y con el que no contaba. Así que las complicaciones posibles de esta situación son en cualquier caso mucho mayores que las ventajas. Sobre todo habiendo tantos niños para adoptar en el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario