domingo, 21 de junio de 2015

Sentimientos

Mi madre ha tenido una especie de ictus cerebral hoy del cual se ha recuperado. La semana pasada estuvo en cama por una infección en la pierna debido al sintrón que toma para sus dolencias cardiacas. De manera que me temo que no le debe quedar mucho de vida. Sin embargo, nunca se puede asegurar con una persona anciana cuánto va a durar. Mi padre estuvo meses apagándose lentamente. No me gustaría que le ocurriera lo mismo a mi madre, pero es muy duro tener que decir adiós. Aunque pasen de los ochenta años, nunca se acostumbra uno, no te haces a la idea de perderlos. Estoy hecha polvo.

El día 24 se cumplen un año y nueve meses de la muerte de mi padre. Me pregunto si mi madre llegará a esa fecha o no. Se lo he ido insinuando a mis hijos pero no quiero precipitarme. Es increíble la resistencia física que puede tener un ser vivo al final de sus días. Yo lo que no quisiera es que perdiera la cabeza. Quiero recordarla como la he visto yo, alegre, sonriente y con ilusión. Aunque por otra parte siento mucho que haya pasado tanto tiempo separada de su esposo con lo que se amaban, lo que todavía se aman, y a veces pienso que estarían mejor juntos de nuevo. Al fin y al cabo la vida ya no tiene mucho que ofrecerle. Pero es muy doloroso.

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