Reconozco que sólo me he leído el primer capítulo pero he tenido suficiente. La autora pone en boca de su protagonista, una monja católica, toda clase de insidias acerca de la Iglesia. Supongo que se ha documentado profusamente en los Evangelios apócrifos y lecturas similares. La trama tiene lugar en el Vaticano que se presenta como un templo de la presunción. Se ponen en duda las persecuciones a la Iglesia en los primeros siglos (unos miles de mártires más o menos). Se insinúan secretos vergonzosos como que los primeros papas no se llamaban así (y qué más dará, digo yo), y otros muchos supongo a lo largo del libro.
Pero lo peor es cuando la protagonista afirma sin más que el Papa Juan Pablo II (recientemente santificado) apartó dinero de la Iglesia de forma fraudulenta para financiar al sindicato Solidarnosc y acabar con el comunismo. Es decir, que no cayó por sí mismo víctima de su propio fracaso, sino que fue una confabulación de la Iglesia Católica. Yo no sé si esto es denunciable pero debería. Tener la oportunidad de ganar dinero publicando libros no quiere decir que seas libre de vilipendiar a cualquiera. Al menos yo pongo mi grano de arena en internet para que la difamación no resulte tan gratuita por su parte.
Y por cierto, que también aprovecha para dejar caer que qué se podía esperar de un Papa tan conservador, como si fuera lo peor que se puede ser. Que yo recuerde ser conservador no está todavía en la lista de los pecados capitales. Vamos que se ve de qué pie cojea.
Páginas
- Página principal
- El informe Rekers sobre adopciones homosexuales
- Los riesgos de la fecundación artificial
- Ecografía 4D bebé 7 semanas
- Depravación sexual: chemsex
- Extransexuales
- Perroflautas españoles
- Moderaditos por De Prada
- Carta de un homosexual al Papa
- El plan global de destruccion de la familia
- Testimonio de hijo adoptado de padres gays
- Hijos de donante anónimo
- Empresas que utilizan restos de bebés abortados
- Enseñanza concertada
- La ideología de género
- Un homosexual contra las adopciones homosexuales
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay que ser radical en nuestros propios principios y creencias. La radicalidad no tiene nada que ver con el fanatismo sino con ir a la raíz de las cuestiones, y creo que buena falta nos hace a los católicos ser más radicales. Queriendo contentar a todos, el mensaje del Evangelio acabará por disolverse, al tiempo.
ResponderEliminarAconsejo esta lectura, no tiene desperdicio:
http://www.mercaba.org/FICHAS/Mujer/plan_de_las_feministas_para_la_i.htm
Mi esposa y yo participamos en la parroquia como formadores de las parejas de novios que aspiran a pasar por el altar. Son numerosos los casos en que te miran con cara de extraterrestre cuando les informas de que van a contraer un sacramento ante los ojos de Dios. Les informamos sobre el carácter indisoluble del mismo así como la fidelidad que se deben los esposos, sin secretismos que valgan. Ni caso, no nos hacen ni caso, y cuando informamos a quien procede de la actitud de muchas de estas parejas la reacción del párroco suele ser: "levantad la mano, lo que cuenta es que pasen por el altar". Cuando eso sucede, mi esposa y yo salimos de su despacho muy indignados y decepcionados con esa reacción por parte de la Iglesia, o de algunas de sus partes.
Sobre esto hay que destacar el daño que hace internet en la relación de muchos novios y también de casados: hemos podido constatar que hay parejas en las cuales uno de sus miembros ignora por completo la actividad "social" en red del otro miembro: eso valdrá para el mundo relativista pero no para una pareja católica.
Por si te interesa, esta página de reciente creación es de sumo interés:
http://familiarisconsortio.ive.org/
Gracias por tus enlaces. Yo también creo que hay que defender los principios sin complejos. Por eso este libro que difama a la Iglesia me ha indignado tanto. Vuestra labor con los novios es ejemplar. Un saludo.
ResponderEliminar