Hace unos dos años verano engordé inesperadamente más de cinco kilos y he sido incapaz de volver a perderlos. Supongo que son cosas de la menopausia. Como consecuencia cambié de talla y la mitad de la ropa del armario no me sirve. La tengo guardada por si acaso pero creo que es una tontería. Este verano he cogido otros dos kilos y ahora me temo que el resto de la ropa de invierno tampoco me entre. Así que no me va a quedar más remedio que comer menos, y, como de comida no tomo mucho, me temo que tendré que atacar la merienda y las cervecitas entre semana. Eso es perder calidad de vida.
Pero en fin, todo sea por no tener que comprar toda la ropa nueva. Además es muy incómodo ir toda apretada. El otro día una señora me preguntó si estaba embarazada, porque a mí todo el peso se me pone en la tripa y las piernas. Le dije que yo ya tenía cincuenta años, y lo arregló diciéndome que no los aparentaba. De todas maneras me dejó algo preocupada porque ya sé que no es bueno tener un perímetro abdominal demasiado alto. Yo siempre he tenido barriguita, incluso cuando estaba delgada. Total, que me va a tocar un invierno de restricciones. Todo sea por la moda y la salud, porque a mí la estética me importa poco.
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Susana vas a tener que empezar a caminar cuando menos!!!
ResponderEliminar....el comal le dijo a la olla! jejeje
Un beso =))))
Tienes razón. Un beso.
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